martes, 5 de mayo de 2015

Móviles... aquellos pequeños aparatos ruidosos que cada vez son más grandes, más caros y por supuesto, más ruidosos. Nunca me han gustado del todo esos aparatos, si es tan fácil encontrarte, nadie lo valora... Nos aíslan. Nosotros nos dejamos aislar. 
Estos fueron creados para unir y mantener relaciones a distancia, pero lo que hacen realmente es, romper las más cercanas... 
Perdemos mucho tiempo, perdemos muchas oportunidades, dejamos de hacer cosas...
¿Y si por un momento, el amor de tu vida estuviese sentado en aquella cafetería, detrás de tu enorme portátil, en el cual escribes teniendo bien cerca tu taza de café y miles de folios al lado, ignorando lo que pasa a tu al rededor? El camarero que te sirvió el café, al cual no has agradecido ese gesto, a los clientes que están sentados como tú, los cuales si te parases a conocer, quizás surgiría una bonita amistad. La calle, las prisas que hay tras aquel cristal, los coches; pitando unos a otros, la gente que anda con las prisas, hablando, gritando, cantando... todo lo que pasa a tu al rededor lo pierdes, metido en un mundo el cual siendo tan real, hablando de cosas tan reales, viendo cosas tan reales, te aleja más y más de tu realidad.
Por eso yo os aconsejo, que valoréis cada detalle. Que cada día, por muy igual que sea tiene cosas diferentes. Siempre hay que agradecer que la gente de nuestro al rededor quiera pasar tiempo con nosotros, dejando de lado así otros quehaceres. Quiero que cuando salgáis de casa, observéis cada mínimo detalle y oigáis lo inaudible. Quiero que por una vez, viváis de verdad, sintiendo en vuestra piel la bonita sensación que es vivir sin ataduras.



No hay comentarios:

Publicar un comentario